El otro dia me mandaron un mail que, aunque era exclusivamente para mi, quiero compartir con ustedes porque la verdad es que esta muy bueno lo que dice.
Cuando una persona encuentra conexión con otra, se siente. Es una sensación tan minuciosa y acabadamente intensa, que es casi como sentir una dolencia física. Se siente, está allí, en el aire, no está sujeta a singularidades, por el contrario, irrumpe de manera casi palpable. La conexión interpersonal, como todo lo bueno – aunque yo diría que excede ampliamente ese adjetivo- no es algo demasiado común, no abunda. Nos pasa, de hecho, con muy pocos.
En ésta acepción, la conexión no es necesariamente sinónimo, ni siquiera sentimiento adjunto, de afinidad o de afecto, no es un sentimiento que deriva indefectiblemente de una amistad o de un amor. Es algo que simplemente se da o no y dura toda la vida, más allá de que se desgaste el vínculo afectivo con esa persona, en el fondo siempre sabemos que la conexión entre los dos es incorruptible.
Cuando esto pasa, cuando podemos conectar, es maravilloso. Cuando pasa, se siente una adrenalina correr por las venas, una excitación de los sentidos, una especie de deja vu constante, una irrefutable sensación de familiaridad y de rareza, como si ya conocieras a esa persona. A veces, hasta se puede anticipar las respuestas del otro, prever su reacción ante lo impensado, se intuye, se percibe, se siente.
Cuando se encuentra, se siente esa conexión, es algo inmediato, intenso, íntegro, penetrante, es una revolución de la mente, una sublevación de los sentimientos, y como todo lo que moviliza, puede despertar asombro, incredulidad, incluso miedo.
Encontrar una persona que tiene un sentido del humor afín, que entiende una intención sin necesidad de segundas explicaciones, sentir que hay una persona en el mundo que te entiende con la mirada es algo fuerte y que no debe ser subestimado. Se gestan códigos, se expresan ideologías, se manifiestan pensamientos, pero más que decir, expresar o manifestar, la palabra es compartir.
La historia, la cultura, la sociedad, o toda la constelación de significados simbólicos en la que vivimos, tienen cierto paradigma de vida a seguir que si bien no es obligatorio, goza de un peso moral, y que consiste básicamente en “estudiar, trabajar, casarse, tener hijos”.
Globalmente y desde hace siglos, nos vemos penetrados, a través de películas, libros, mitos y demás formas de comunicación, con la idea de que todos debemos seguir éste modelo. Sin embargo, yo humildemente opino, desde la experiencia, que si hay algo motivador, imponente, sublime que todos merecen sentir alguna vez, es la conexión.
Luego de leer ese texto, de digerirlo, absorberlo y metabolizarlo varias veces decidi enviarselo a Luke para ver su opinion al respecto; lo que recibi fue un mail casi igual de largo que el anterior del cual quiero destacar solo el final:
En cuanto a la segunda teoría voy a citar la película «A Bronx Tale», particularmente a la enseñanza de Sonny. Existen sólo 3 mujeres importantes en la vida de un hombre, si bien la prueba del seguro del auto no la pude hacer muchas veces (porque no tengo auto), estoy seguro de que esto es cierto.
Y a vos, ¿A cuántas te falta conocer todavía?
Ahora bien, Luke lo enfoco mas que nada por el lado de la relacion amorosa; pero creo que se puede ver de cualquier forma. Esa conexion no necesariamente se aplica al amor entre un hombre y una mujer, sino tambien a la amistad en general.
Entonces tengamos en cuenta las dos posibilidades:
Creo que solo tuve una novia con la cual senti esa conexion especial, pero a la vez tengo dos amigos con los que estoy seguro me pasa lo mismo.
A los 22 años de edad haber conocido a tres personas asi significa que ya vivi lo suficiente?
Conozco gente de mi edad que ya esta casada y esperando hijos, mis propios padres a esta edad ya tenian dos hijos a falta de uno! Acaso no he vivido nada todavia?
Me falta conocer a dos mujeres mas que me van a cambiar la vida? Las conocere?
Malditas visperas de cumpleaños..